Por Francisco Mojarro
Nuevamente la sociedad colimense se encuentra consternada debido al suceso tan lamentable ocurrido el pasado 26 de mayo del presente año, dónde Germán, un joven de 15 años, trabajador de una tienda de conveniencia en Manzanillo, fue asesinado a sangre fría, después de haber sido asaltado sin poner resistencia alguna.
No es para menos. Era un joven con ganas de salir adelante, trabajaba para subsidiarse una computadora; tenia sueños y toda una vida por adelante. ¿Qué tan jodido esta nuestro sistema de seguridad, que no puede garantizar que alguien pueda regresar sano y salvo a su casa después de trabajar?, sucedió lo mismo con Alexis, aquel 10 de mayo de 2017, cuando recibió unos impactos de balas mientras trabajaba.
En las redes sociales se puede percibir enojo y tristeza por lo sucedido. Es que la situación de Colima no da para más: la delincuencia, desapariciones forzadas, solvencia económica y falta de oportunidades laborales, han ido provocando en la población un hartazgo que más temprano que tarde hará erupción, y no se podrá detener.
Recuerdo cuando decían que Colima era un estado idóneo para vivir y para viajar; Ahora las calles por donde camino están pintadas de rojo y la tranquilidad tomó unas vacaciones permanentes, quizá, porque vio la tormenta que caería sobre los colimenses y no habría lugar lo suficientemente grande para cubrirse de ella.
Parece ser una manda quitarle la vida diariamente a un colimense. Estoy consciente que gran parte de los ultimados es por andar en malos pasos, pero otros sin deberla ni temerla terminan siendo víctimas mortales, pero de alguna forma siempre terminan relacionándolos con el narcotráfico.
La inseguridad es una enfermedad que si no es abatida a tiempo se va carcomiendo, en este caso, a los diferentes segmentos de la sociedad colimense. Por ejemplo, tanto sólo en esta semana han sido tres los jóvenes asesinados en Manzanillo. No sé a ustedes, pero a mí me causa mucha indignación, porque es una muestra de que vivimos en un estado que no garantice el bienestar en las juventudes.
La política no es un ring donde los actores sociales luchan para dejar en mal al otro. Debe de ser el medio por cual promueven leyes, iniciativas, programas sociales que realmente beneficien a los ciudadanos, sin tener otra finalidad oculta, como actualmente ocurre dentro del ámbito político.
Cuando sucede una desgraciada salen todos los políticos exigiendo justicia para los afectados, no digo que este mal, pero ¿Qué hacen ellos desde su trinchera para mejorar la situación en la que vivimos? Es muy fácil señalar los errores del otro, pero cuando ellos son los de la falla, ahí no dicen nada. Hay que ser congruentes en la vida.
La personificación de la burla aparece cuando las autoridades salen a decirnos que el panorama está mejorando gracias a las estrategias implementas por ellos, y que los medios de comunicación maximizan los problemas. ¿Maximizar? Las cosas se dicen como son, tal cual, sin pelos en la lengua, ni en la tinta.
Veía algunas declaraciones hechas por la presidente municipal de Manzanillo, donde menciona verse rebasada y no está a su alcance brindar una respuesta inmediata, que eso le corresponde al gobierno estatal y federal, también responsabiliza a quien en el periodo pasado estuvo en su lugar.
Esas afirmaciones fueron indignantes en todos los sentidos; tratar de justificar su mal trabajo diciendo que la administración pasada fue la causante de la situación actual ¿Entonces para qué fue elegida ella? Si la finalidad de las elecciones es escoger a alguien con la capacidad suficiente para resolver la problemática de un sector de la población
Da tristeza ver la poca importancia que hay entre los gobernantes hacia el pueblo. Ese que ha sobrellevado las adversidades presentadas debido a un mal funcionamiento o a las simulaciones hechas con la finalidad de hacerle creer que están a favor de él.
Ahora bien, el caso de Germán no debe formar parte solamente de las estadísticas, que tanta incertidumbre causa entre los colimenses, sino, ser también un llamado de atención a nivel municipal y estatal. No es posible que, con el paso del tiempo, el índice de violencia vaya en aumento y las autoridades no hagan algo para frenar dicha situación.
Urgen estrategias para brindar un mejoramiento en el bienestar social y a la vez permita desarrollarse individual y colectivamente. Es necesario implementar programas sociales a favor de los jóvenes, para frenar la deserción escolar, el trabajo infantil, ofrecer una estabilidad económica (buena falta hace), porque si bien es cierto que Germán trabajaba y estudiaba simultáneamente, muchos deciden irse por la segunda opción.
Basta de ofrecer migajas mediante becas otorgadas, en muchos casos, a estudiantes que no la necesitan y programas sociales temporales ¿Qué pasará después de que se les deje de dar la beca o no deje de existir el programa del cual reciben beneficios? ¿Las condiciones económicas serán las idóneas para seguir sin ellos? Qué caso tiene darles una pastilla para calmar el dolor de garganta, y no se le das un tratamiento a la infección.
Es preferible invertir en la construcción de escuelas, mejoramiento en las ya existentes, brindar las condiciones idóneas para que los jóvenes y la sociedad en general puedan vivir plenamente. Pero para ello, primero tienen que desarrollar un crecimiento económico estable, en donde se gane lo justo conforme al trabajo realizado.
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